Entrega de la réplica del mural “Retrato de personajes: Gabriela Mistral y Berta Singerman”, del artista mexicano Roberto Montenegro, desde el Museo del Bicentenario, Casa Rosada

Alberto


Buenas tardes a todos y todas, muchísimas gracias por estar aquí, gracias querida Beatriz, por acompañarnos; gracias querido Senador, gracias querida secretaría y gracias a nuestra querida Embajadora; gracias Andrés Manuel. Hace un tiempo atrás la Embajadora me contó que Andrés Manuel quería mandarle esto a la Argentina, esta maravilla, que tengo a mis espaldas, que es un formidable mural, que Roberto Montenegro, alguna vez pintó. Ahora me enteró que lo hizo en algunas de las paredes, del que era secretario de Educación, de aquel entonces, y la verdad que me dijo que Beatriz iba a traerlo.
Beatriz es alguien a quien nosotros queremos, particularmente, es una mujer maravillosa, como lo es su marido.

Bien dijo Tristán, en sus palabras, lo que significa para un argentino México, significa mucho, pues allí fue tierra, donde encontraron cobijo muchos argentinos que tuvieron que exiliarse del terror, algunos de los cuales fueron amigos entrañables míos, como Estaban Righi, a quien inexorablemente ligo, a México, y que fue mi maestro, en el mundo del Derecho Penal y otros amigos queridos, como Litto Nebbia, que vivió allí, en México, su famoso “Sólo se trata de vivir”, inspiración de muchos poetas, inspiración de muchos. Y en verdad es que ver esta magnífica obra – que tenemos a nuestras espaldas – expresión de un arte tan propio de México, como el muralismo debe llamarnos a la reflexión. El arte – siempre digo lo mismo – nos convoca, que un pueblo pueda acceder al arte es tan importante como que pueda acceder a la comida; la comida – claramente – la necesitamos para sobrevivir porque es el alimento que necesita nuestro cuerpo, pero es el arte lo que alimenta el alma de los pueblos. El arte dice mucho y lo puede decir de mil modos: lo puede decir con los colores de una pintura; lo puede decir con los acordes de una canción o de una obra musical; lo puede decir con las letras o de una obra de la poesía. Hay miles de formas que permiten tocar el alma de aquellos que pueden acceder al arte.

Ahora, la verdad es que – le decía a Beatriz – el muralismo tiene unas cosas particulares, pues – primero – se trata de una obra colectiva, donde trabajan mucho en un equipo. Recién veíamos el mural, que es algo más que un mural lo de Siqueiros, pero nos dábamos cuenta de que allí había tres enormes argentinos: Berni, Spilimbergo y Castagnino, nada más y nada menos que participaban de semejante obra, una obra que realmente impacta a quien lo ve. Me llamaba la atención, que nunca había invitado a Beatriz, a ver el trabajo maravilloso que allí se hizo.

Ahora yo digo que, en los tiempos que vivimos, donde a veces el individualismo es tan cruel y donde a veces el individualismo deja tan de lado la solidaridad, ver la obra del muralismo, que es un trabajo en equipo también nos debe llamar a la reflexión de las maravillas, que se pueden hacer, también, trabajando en el conjunto.

El mural que tenemos atrás, además, tiene una condición singular, porque muestra dos enormes artistas: Gabriela Mistral, a quien leí; Berta Singerman, a quien escuché de chiquito. La verdad es que son, primero una, una poeta inmensa, y otra una enorme artista que a uno le permitió conocer que la poesía, además de ser leída podía ser dicha, que son dos cosas distintas. Las dos artistas impregnan esta obra, que claramente está dedicada a ellas, a una chilena y a una argentina y la pintó un mexicano, una maravillosa síntesis de lo que debe ser la América Latina, un lugar de mancomunión, un lugar donde nos encontremos, donde pueda encontrarse la obra de quien escribe, la obra de quien declama esa poesía y la pintura de quien es capaz de plasmar en figuras la talla de dos personajes de esta magnitud. Así, que México haya tenido la gentileza enorme de darle este tesoro a la Argentina es algo que agradezco y quiero ser franco, pues agradezco además doblemente, porque viene de Andrés Manuel López Obrador, que es alguien a quien quiero y respeto entrañablemente, que es mi amigo a la distancia, que es un gran presidente y entonces ya de por sí la obra tiene un valor intrínseco, pero la signa un valor adicional que es que nos la regaló Andrés Manuel López Obrador y no es poco y nos mandó nada más y nada menos que nuestra querida Beatriz a traernos esta obra. De verdad, gracias de corazón. (APLAUSOS)

Yo que, realmente, valoro el arte y valoro el trabajo de los artistas, y creo que son tan importantes para darnos contenidos en el alma, para darnos un momento de alegría, para darnos un momento también de distracción ¿Por qué no? Valoro mucho que este mural se convierta en parte de este Museo del Bicentenario y valoro mucho que esta obra que, ha hecho un mexicano, este tan cerca de una obra enorme, como la obra de Siqueiros. Y celebro enormemente darle este lugar preponderante a México porque estamos los argentinos en deuda con nuestro querido México, la deuda de haber abrazado a los perseguidos, de haber abrazado a los que escapaban de la muerte y haber abierto sus brazos para dejarlos ser personas en condiciones de dignidad.

Mil gracias, es todo lo que me queda decir, mil gracias México, mil gracias Andrés Manuel, mil gracias querido Senador, mil gracias querida Secretaria, mil gracias querida Embajadora. Celebremos del arte que México nos regala.

Muchas gracias a todos y todas.

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