Entrega de libros, en el marco del programa “Libros para aprender”, en el Jardín de Infantes 915, de Marcos Paz, provincia de Buenos Aires

Alberto

Muchas gracias a todos y todas, buen día para todos y todas. Gracias Ricardo por recibirnos en tu pueblo. Muchas gracias por el afecto con el que siempre nos tratas. Gracias Verónica por recibirnos en tu escuela, en tan jardín tan lindo que, además, tuvimos la suerte nosotros de poder inaugurar, de poder hacer.

Para nosotros la educación es un tema muy importante, no es un tema menor. Es un tema muy importante. Lo repito una y mil veces para que a todos nos quepa en la cabeza de una vez por todas. La inversión que este Estado hace en educación es la mejor de las inversiones que el Estado puede hacer, porque las sociedades más ricas hoy, no son las que tienen petróleo, Litio, Oro, son las que tienen desarrolladas la inteligencia de sus sociedades y para eso hay que empezar aquí, en la educación inicial, para sembrar la semilla, que siga en la educación primaria, en la secundaria y en las universidades, en el desarrollo científico y tecnológico después. En cada momento de la educación el Estado debe estar presente, porque es prioritario para el Estado el desarrollo del intelecto para lograr el desarrollo social que nosotros queremos.

Por lo tanto, créanme que para mí es muy gratificante, muy reconfortante poder participar de estos encuentros, de estos actos, encontrarme con maestras como ustedes, que hacen tanto silenciosamente por nuestros hijitos en los primeros años, siembran tanto en esos hijos que tanto queremos y que les confiamos.

Yo particularmente pienso que, definitivamente, en el conocimiento, en el desarrollo de la ciencia, de la tecnología, está el futuro de las sociedades y el de la Argentina puntualmente y por eso, para mí, no hay mejor inversión que esto que estamos haciendo. No es lo único que hacemos. Le contaba recién a Alberto que, cuando llegamos al Gobierno habían quedado paralizadas, en horas educativas en la Provincia de Buenos Aires, 196 obras, algunas que había alcanzado el 70% de su desarrollo y, sin embargo, quedaron paralizadas vaya a saber por qué; Tal vez para que nadie recuerde que Cristina había hecho una escuela, tal vez para eso.

Nosotros con Axel nos propusimos terminar todo eso y avanzar en todo eso y lo estamos logrando, lo estamos haciendo, acá hay un ejemplo, de lo que fuimos capaces de hacer. Y, en verdad, no hay ningún mérito, es lo que exactamente debemos hacer si realmente nos importa el futuro de las generaciones argentinas, es realmente lo que debemos hacer.

Desde la Nación invertimos mucho, invertimos en Universidades, promovemos la fundación de Universidades, invertimos también en los chicos con las nuevas tecnologías. Llevamos dadas más de medio millón de Notebooks con el Plan Conectar Igualdad y eso es muy importante. (APLAUSOS) Es muy importante porque el acceso a internet para un chico que estudia, es el acceso a la información y, por lo tanto, lo necesitan como herramienta para educarse. Para aquellos que tiene problemas para educarse hemos entregado más de un millón y medio de Becas Progresar, que tiene el mismo propósito que aquel que le cuesta financiarse sus estudios tenga un ingreso para poder estudiar y nosotros en eso no vamos a ceder; también nos importa que los chicos accedan a los libros, porque si bien es cierto que la tecnología nos impulsa a mirar internet, el libro nunca pudo puede perder la magia del libro, nunca puede perderla.

Hoy estamos entregando libros para chicos de tres, cuatro, y cinco años que, seguramente, disfrutaran de los dibujos, de los libros, de las figuras y, seguramente, sus padres, sus hermanos mayores, sus abuelos y abuelas, les leerán en sus casas y ustedes mismas les leerán en las aulas y va a ser el primer contacto que tengan con ese mundo mágico que es libro, porque eso no hay que perderlo. Muchos dicen, el papel se muere y los libros se mueren, pero la verdad, es que la magia que hay en un libro es única y no perder en las nuevas generaciones la costumbre de leer es absolutamente imperioso, absolutamente necesario. Y lo que estamos haciendo es inculcándoles, desde la más temprana edad, la importancia del libro.

Todos nosotros tenemos un libro, que nos ha marcado; el libro en sí nos permite entrar a un mundo imaginario, donde nosotros podemos adentrarnos en ese mundo y meternos en ese mundo, porque no lo vemos y lo construimos en la cabeza de cada uno de nosotros. Esa es la maravilla de la novela, esa es la maravilla de los cuentos; a veces los libros nos ofrecen poesías y nos entran en lo más profundo del alma y un verso es capaz de penetrarnos de por vida y quedarse, allí, radicado para siempre en nuestro espíritu y eso lo hace un libro. Así como los libros nos marcan, a veces, nos marca también la música y una canción se emparenta con un tiempo dado, de nuestras vidas, a veces el teatro, a veces el cine, a veces la pintura. Así poder entrar en los libros y acceder a los libros es algo que no debemos dejar de inculcar en nuestras generaciones. Es muy importante la lectura, porque con esa lectura también se va construyendo cierta sana rebeldía, de querer construir el mundo al que uno aspira. Uno va formando su propio mundo, en la cabeza y en la imaginación, que el que escribió fue capaz de movilizar, en cada uno de nosotros.

Hoy estamos haciéndolo con los más chiquitos; espero que muchos libros pasen por sus manos, en su vida, que los diviertan, que los entretegan y que los eduquen. Nosotros, en este momento, estamos distribuyendo 3 millones y medios de libros; el año pasado distribuimos 8 millones y medio de libros, con lo cual – en este tiempo que llevamos de gobierno – hemos distribuido 12 millones de libros y aspiramos a que- en diciembre de 2023 – hayamos entregado 36 millones de libros. ¿Saben por qué lo hacemos? Porque el libro es muy importante, por todo lo que acabo de contar, porque acercar libros a los chicos es muy importante por todo lo que acabo de contar. En la gestión, que nos precedió, que tuvo 196 obras paradas, en los cuatro años, se entregaron 9 millones de libros; nosotros aspiramos a multiplicar más que por tres esa cifra. Y la verdad es que todo es poco, todo es poco porque – cuando se trata de educar, de generar conciencia – toda inversión es poca, pero vamos a seguir haciéndolo con el esfuerzo de todos y todas, en un tiempo en que tenemos que reflexionar mucho, sobre lo que nos toca, sobre la importancia de educarnos, sobre la importancia de generar nuestras propias ideas, sobre la importancia de valorar las cosas por nosotros mismos, sin ser inducido por publicidades, por propagandas, por palabras de otros; ser capaces – como decimos – de masticar lo que nos dicen para saber exactamente cómo procesarlas en nosotros, es un tiempo singular de la historia y tenemos el doble de obligaciones.

Como el cuento de la remolacha, que recién leyeron las cuentistas, que lo hicieron maravillosamente bien y que me dejaron participar, hacienda una partecita de mímica, así no más, y está muy bien y lo agradezco.

A veces, cuando todos ponemos el esfuerzo y tirarmos todos para el mismo lado, los resultados son más fáciles de obtener y de esos resultados podemos disfrutar todos mejor. Es hora que lo pensemos y que tal vez, todos podamos leer el cuento.

Gracias a todos y todas por esta mañana, que han estado aquí acompañándonos. Gracias. 

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