Almuerzo de trabajo con empresarios del sector energético, en Houston, Texas, EE. UU.

Alberto

Buenos días a todos y a todas, gracias por estar aquí, es un día importante para nosotros, porque queremos francamente decirles cuáles son los desafíos que sentimos que tenemos que dar, y en esos desafíos son también desafíos que para ustedes, y que queremos poder trabajar juntos para poder concretarlos.

Quiero agradecer en primer lugar al querido Presidente del Instituto Argentino de Petróleo y el Gas, Emilio Daneri, y a Miguel de Vincenzo por la excelente organización de este encuentro y por las gratas palabras de bienvenida. Lo que alguna vez fue un sueño de todos, hoy es una realidad, una realidad que nos permite mostrar el éxito notable en el desarrollo de Vaca Muerta, y poner en valor el potencial energético del país. Ustedes saben bien de qué hablo, Vaca Muerta perfectamente puede equilibrar los volúmenes del agrobusiness, y además duplicar el PBI argentino en los próximos siete años. Es un ejemplo de que podemos trabajar en beneficio mutuo, la ciudadanía argentina avanza en su sueño de prosperidad y desarrollo, y las empresas nacionales y extranjeras, tienen la oportunidad de hacer negocios interesantes, por rendimiento y por perspectiva, y juntos aportamos a la seguridad energética en nuestra región y en el mundo entero.

La invasión de Ucrania por parte de la Federación Rusa y la guerra que lamentablemente sigue librándose desde Ucrania, y digo lamentablemente porque mi país reclama desde el primer día que ese fuego cese, puso a la energía en el tope de la agenda global de las preocupaciones. No es solo un problema de coyuntura, y por eso la crisis energética necesita un enfoque para hoy y para el mediano plazo, y largo plazo, en una progresividad en donde unas etapas sean compatibles con otras en constante ascenso. La Argentina tiene recursos en condiciones de competitividad y eficiencia para abastecer de energía al mundo, no solo por Vaca Muerta, sino también por la abundancia de viento, de sol, de litio, el mundo está en medio de dificultades energéticas severas y en la Argentina estoy seguro que esta parte de la solución, están los recursos naturales, el conocimiento acumulado y la decisión política necesaria para exportar energía al mundo. Está el camino que ya transitamos juntos, está ahí, presente, la coincidencia en el diagnóstico y en la perspectiva, no hay obstáculos. Vaca Muerta es indudablemente la joya más valiosa dentro de un panorama lleno de oportunidades en el sector energético, ya está haciendo y continúa haciendo un aporte significativo para apoyar la transición energética, se trata del segundo reservorio de gas no convencional y del cuarto en petróleo no convencional en el mundo. Todos los indicadores técnicos de la calidad de recursos, como el espesor de la roca madre, o la presión del reservorio, son óptimos a nivel internacional en términos comparados con otros sitios de litio.

Pongamos Vaca Muerta en números, después de diez años de desarrollo y explotación, Vaca Muerta representa hoy el 40 por ciento de la producción total de hidrocarburos, de Argentina. Todo indica que los resultados de la explotación nos seguirán sorprendiendo positivamente por el avance continuó que hemos visto en dos planos: el de la eficiencia y el de la reducción de costos. Estos avances en la producción y en las mejoras continuas en la eficiencia y la reducción de costos en Vaca Muerta, fueron posibles porque ha habido una apuesta muy fuerte, una apuesta del Estado Argentino y una apuesta fundamental de ustedes, la inversión es notable, 32 mil millones de dólares, en diez años. Les mencioné la eficiencia, pues bien: el costo de extracción bajó de 93 dólares el barril de petróleo equivalente a poco más de 7 dólares, en el lapso de diez años, precisamente cuando comenzaron los mecanismos de promoción de Vaca Muerta.

Hemos alcanzado resultados espectaculares, por estos resultados es que quiero agradecerles – como Presidente de la República Argentina – tanto a YPF como a sus socios estratégicos, las empresas que están aquí en este almuerzo, sin su aporte, sin su conocimiento adquirido en el desarrollo permia, y sin sus inversiones, la apuesta argentina no habría sido posible. Un objetivo central de todo gobierno, de un país en desarrollo – como es el caso de la Argentina – es trabajar a fin de generar divisas genuinas para el desarrollo sostenible del país.

Un objetivo central de todo Gobierno de un país en desarrollo, como es el caso de la Argentina, es trabajar a fin de generar divisas genuinas para el desarrollo sostenible del país. No estamos pensando solamente en este año, tampoco estamos pensando en un solo Gobierno; la estrategia de energía merece ser cada vez más una política de Estado con aliento y seguridad jurídica.

Este año, todavía, tendremos una balanza energética deficitaria, pero la estimación de los expertos públicos y privado por igual es que, rápidamente iremos revirtiendo esta situación. En 2026 llegaremos a un superávit anual entre 6000 millones de dólares, faltan solo cuatro años para alcanzar ese resultado.

Esto que estamos haciendo, pensando en el desarrollo de Argentina, lo hacemos, también, con un sentido de responsabilidad en lo que es un esfuerzo de alcance global para asegurar la transición energética a energías más limpias que las de origen fósil. Lo puedo decir con tranquilidad porque la intensidad de las emisiones de gases de efecto invernadero en la explotación de Vaca Muerta es inferior a las emisiones promedios de la industria a nivel internacional. Generación de divisas, seguridad jurídica, horizonte a futuro, sostenibilidad, posibilidad cierta de ganar para las empresas, eso es Vaca Muerta; Y cuando hablo de futuro, me refiero a las extraordinarias perspectivas que nos ofrece la exportación de gas y en particular el gas natural licuado. Argentina no necesita una planta de gas natural licuado, de GNL, necesita muchas, necesita varias. Sin duda continuaremos en este camino que abarca el Estado Nacional, al Estado neuquino, a YPF, a las empresas argentinas y extranjeras y también a los Sindicatos.

Las reservas de gas no convencional alcanzan hoy para 170 años de abastecimiento al mercado doméstico en Argentina, pero no tendría sentido sentarnos sobre esa riqueza todo ese tiempo, teniendo en cuenta la escasez de gas y las necesidades de la transición energética a escala regional y global. Por eso, el Gobierno tomó la decisión de hacer los gasoductos que son necesarios para aumentar las exportaciones. YPF anunció recientemente su asociación estratégica con PETRONAS, con vistas al desarrollo de una planta de gas licuado que, en plazo breve, permitirá exportar gas natural licuado desde Argentina.

Confirmo aquí la continuidad del Plan Gas, que días atrás anunciamos y el compromiso de la ampliación de infraestructura y transporte.

Estoy seguro, de que otras empresas estadounidenses y del resto del mundo, van a querer sumarse a este desafío, a esta oportunidad de negocios que promete contribuir, junto a otros esfuerzos, a la seguridad energética global.

Hoy, casi toda la producción de gas en Argentina está destinada al mercado interno. Para 2040 calculamos que habremos duplicado la producción y la mitad de esa producción tendrá como destinos otros mercados del mundo.

Argentina dispone de Vaca Muerta, pero también de recursos energéticos renovables de clase mundial y de abundantes minerales que contribuirán a una transición energética eficiente. Puntualmente, en el caso del Litio, nuestro país genera hoy el 8% de la producción mundial; Con los proyectos ya en desarrollo, multiplicaremos 10 veces la producción en 2030.

Les he llenado de datos, pero ahora quiero hablarles a ustedes. Miren, yo veo en la posibilidad de profundizar el desarrollo energético argentino, una gran posibilidad que no debemos perder los que somos argentinos.

Días atrás cuando presentamos el Plan Gas, recordaba que en Argentina, a finales del siglo, hubo una generación de dirigentes que pensó el país fundado en lo agrícola, en lo ganadero y construyó un país para que se desarrolle esa Pampa húmeda. La realidad es que ese país vivió y vive aún hoy. Pero yo tengo la convicción de que a partir de la cantidad de reservas energéticas que tenemos en Argentina, tenemos que pensar en el diseño de un país fundado, en una nueva matriz, donde la energía sea el eje central del desarrollo.

Es una oportunidad, que tenemos casi única, pues han entrado en crisis – por la cuestión climática – la utilización de los recursos fósiles, de los hidrocarburos y nosotros tenemos en abundancia no sólo petróleo, que algunos años más seguirá usándose, sino también tenemos el gas, que ha sido declarado una energía en transición y visto lo que está pasando, a partir de la crisis desatada entre Rusia y Ucrania, viendo lo que está sufriendo, Europa, esa crisis; viendo cómo repercute, en el resto del mundo, esa crisis siento que, la Argentina, tiene una enorme oportunidad.

Ahora bien, esa oportunidad tenemos que construirla entre todos y estamos hablando, aquí, el Estado y empresarios, hace diez años atrás Cristina empezó esta carrera, con un acuerdo que YPF suscribió, y diez años después tenemos estos resultados.

Yo no me quiero conformar con estos resultados, porque sé que tenemos una gran oportunidad por delante, y lo que necesito es convencerlo que se asocien a nosotros, que se asocien a la Argentina, que vengan a hacer negocios, a la Argentina, que inviertan y confíen, en la Argentina, porque esto de lo que les estoy hablando, definitivamente, debe ser una política de Estado, de la Argentina.

Anoche, cené con el presidente Macron, y vi, escuché de su propia boca, el problema que tiene, hoy, Europa, por la falta de energía. Argentina tiene una enorme posibilidad y no debemos desaprovecharla.

Aquí, he visto las empresas auspiciantes y están muchas de ellas ya en Vaca Muerta, lo que tenemos que hacer es profundizar inversiones, profundizar el trabajo conjunto y cuanto antes sacar ese gas para Argentina y para el mundo. Para la Argentina ya hemos empezado la construcción del gasoducto “Néstor Kirchner”; eso nos permitirá reducir la importación de gas en dos tercios, de lo que fue este año, y cuando eso esté culminado podremos autoabastecernos y producir mucho gas para exportar. Ya estamos exportando gas, a Chile, y cuando termine el gasoducto, la parte que falta, el segundo tramo, del gasoducto “Néstor Kirchner” ahí vamos a poder llevar gas, para Brasil, pero lo que queremos también es producir plantas que licuen el gas y permitan transportarlas a Europa y a otros lugares del mundo, que lo están necesitando. Tenemos una gran oportunidad y yo quiero darles la confianza de que vamos a trabajar, en ese sentido, y que lo que queremos es aquel punto de arranque, que fue el contrato de YPF para investigar y para desarrollar Vaca Muerta sea renovado.

No es casual que haya estado el ministro de Economía, hace unos días atrás; que hoy esté yo y que en unos días venga la secretaria de Energía y el gobernador de Neuquén, que es de otro signo político, no es casual. Es lo que estamos viendo, en la Argentina y yo quiero darles tranquilidad. En los próximos días, vamos a estar mandando, desde el Gobierno Nacional, un proyecto de ley, que de certezas a las inversiones que se destinen a la producción de energía y fundamentalmente a la construcción de plantas de licuación de gas. Necesitamos que lo hagan, necesitamos hacerlo y el mundo no está dando una gran oportunidad. Yo – como argentino – no quiero dejar pasar esa oportunidad, a muchos de ustedes los conozco, explotamos petróleo y gas, de modo convencional, hace muchos años; estamos trabajando con el off shore y estamos muy entusiasmado con esa posibilidad, no dejemos pasar esta oportunidad. Yo les pido que confíen y tengan la certeza que vamos a hacer del desarrollo energético la principal política de Estado que la Argentina necesita.
Gracias a todos y todas por estar acá. 

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